Barcelona, 1990 - Actualidad

Desde que era una niña me fijaba en la manera de comunicarse de la gente. No solo eran sus palabras aquello que me conmovía: también sus miradas, sus gestos, los secretos que escondían esos labios sellados que aguardaban, en el silencio más mágico, el momento en que se les apareciera algo —o alguien— muy esperado.
Y así es como con los años he llegado hasta aquí, después de improvisar con láminas, acuarelas, tinta, dejándome llevar y creando un vínculo muy especial entre mis ideas y lo que tu interior quiere ver en ellas.

Te invito a conocer mis espejos, a volar sin esquinas.

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